Pasados por agua llegamos al Hostal San Martos donde por 20 euros encontramos una habitacion doble con baño compartido con estudiantes que se meaban y devolvian en los retretes buajjjj :o(
Probamos el vino hungaro, disfrutamos de la vista increible del parlamento a orillas del Danubio y por colones un revisor nos multo por utilizar el transporte publico gratis, la multa la conseguimos dejar en la mitad utilizando artes marroquies de regateo.
Conocimos a Boro, una chica muy maja que nos hizo descubrir muchos rincones de la inmensa Budapest.
Beber agua de las fuentes no me sento muy bien, y lo pague con una cagalera de impresion que tardo solo tres dias en desaparecer gracias a puñados de fortasec.